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Qué sucede cuando un caballo es maltratado

El desarrollo de nuestra sensibilidad a la hora de enseñar cualquier cosa a nuestros caballos no es únicamente un ideal, sino nuestra más grande responsabilidad. La falta de tacto ecuestre no es algo para tomarse a la ligera y las consecuencias de un trato poco sensible pueden no solo acarrear consecuencias físicas para el caballo y malas experiencias para el jinete, sino que pueden ser la causa de problemas mucho más profundos y crónicos.

La siguiente descripción pertenece al libro "La verdad sobre los caballos" del etólogo Andrew Mc Lean, y describe las consecuencias que un trato poco informado puede tener en nuestros caballos:

“Si un animal experimenta dolor – por ejemplo, con la presión excesiva de una embocadura severa o el espoleo seguido – y encuentra que ninguna respuesta resulta en alivio, puede habituarse gradualmente al dolor. Este fenómeno se conoce como <<indefensión aprendida>>. Los caballos con lo que se conoce como una <<boca dura>> (una respuesta deficiente a las señales de las riendas) o que <<no van a las piernas>> (una respuesta deficiente a las señales de las piernas del jinete) pueden exhibir diversos grados de indefensión aprendida. Los caballos de deporte tienden a generar esta condición: presentan las comisuras de los labios rozadas o agrietadas por la presión de la embocadura, o tienen zonas de piel peladas o heridas en los costados por las espuelas. La indefensión aprendida se desarrolla a costa de la salud y el bienestar del caballo, y puede resultar en conflictos crónicos y enfermedades gástricas que producen cólicos a veces mortales. (…) Los caballos que han desarrollado una indefensión aprendida pueden mostrar otras señales conflictivas, como pegar manotazos, caminar por el box, una tensión excesiva o incluso la automutilación. En el entrenamiento se debe evitar a toda costa cualquier grado de indefensión.

Los científicos Maier, Seligman y Solomon mostraron ciertas similitudes entre los síntomas de indefensión aprendida en animales y los de la depresión en humanos. Estos incluyen:

  • Una mala disposición a probar distintas conductas como respuesta a la presión.

  • Una dificultad en aprender que las conductas tienen consecuencias.

  • Un nivel reducido de agresión.

  • Una pérdida del apetito; cambios fisiológicos e inmunológicos.”

Si tienes contacto con caballos regularmente, de seguro esta descripción te recordó alguno que tú conozcas. La aparición de diversos grados de indefensión aprendida es más común de lo que podríamos imaginar y siempre es en un cien por ciento el resultado del mal manejo y un desarrollo deficiente de la sensibilidad y el timmimg por parte del entrenador. Quejarse de que un caballo es “pesado” o “duro de boca” es culpar al caballo de aquello que nosotros hemos creado. Como guardianes de nuestros caballos es nuestra responsabilidad desarrollar la humildad suficiente para admitir nuestros propios errores y reconocer cuándo hay algo que necesitamos aprender. Trabajar con nuestra mirada dirigida hacia adentro y no hacia afuera, ser capaz de identificar nuestros puntos débiles y tener la humidad de reconocerlos y fortalecerlos. Eso es lo que diferencia al maestro.

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