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LAS 4 ETAPAS DE ENTRENAMIENTO DEL ASIENTO QUE TE PERMITIRÁN MOVERTE COMO UNO CON TU CABALLO.


Para muchos jinetes la sensación de libertad y bienestar que ofrece montar a caballo es uno de los principales motivos por los cuales se enamoran de la práctica ecuestre. Sin embargo, ese ideal a veces puede verse opacado por una realidad no tan soñada. A menudo nos encontramos con jinetes para los cuales la tensión, el dolor o la frustración se han convertido en una parte normal de su rutina diaria. O que se han acostumbrado a que “pelear” con un caballo difícil de controlar, con el cual necesitan tirar constantemente de las riendas, es lo normal. También es posible ver jinetes que, lejos de ese ideal de libertad, sienten que necesitan gastar cantidades enormes de energía intentado hacer avanzar a un caballo “pesado”.

La realidad es que cualquiera pude subirse a un caballo y andar. Incluso con un poco de practica uno puede llegar a galopar o incluso saltar, sin necesidad de tener una gran conexión con el movimiento del caballo, esto es sosteniéndose del caballo. Sin embargo, un verdadero jinete es aquel que es capaz de moverse como UNO con su caballo sin necesidad de sostenerse. El motivo es sencillo, cuando estamos sobre el caballo, el peso del cuerpo, las piernas y las manos, son necesarios para comunicarnos fluidamente con él. Por lo tanto, no podemos depender de estos para mantenernos sobre el caballo, necesitamos que nuestro asiento se sostenga independientemente.​​

La definición de un buen asiento es aquel que se mantiene junto al caballo no​​ importa lo que este haga.​​

Podemos dividir el entrenamiento del asiento en cuatro etapas. Si son respetadas y entrenadas a conciencia, ciertamente podrás alcanzar el nivel de fluidez y conexión con el movimiento del caballo de un profesional. Esta es la base que te permitirá experimentar la verdadera magia y libertad de moverte como uno con tu caballo.

#1. ALINEACIÓN

Independientemente del estilo de monta que practiques, la alineación resulta fundamental porque es la que permitirá que el centro de equilibrio del jinete quede situado perfectamente sobre el centro de equilibrio del caballo.

Seguramente ya hayas oído que la postura correcta sobre el caballo es aquella que forma una línea recta entre la oreja del jinete, el hombro, la cadera y el talón. Con esto no buscamos vernos “lindos” sobre el caballo, sino que es la forma en la que se consigue esa alineación correcta de los centros de gravedad.

Imagínese dos pelotas una encima de la otra, la única forma de que la pelota de arriba se mantenga en su lugar es que ambas estén perfectamente alineadas. Cuando esto no sucede hay dos alternativas, o bien la pelota de arriba se cae y necesito sostenerla o bien la de debajo debe moverse y ajustarse constantemente para que la de arriba no se caiga. En cualquiera de los dos casos si quiero que una se mantenga sobre la otra debo recurrir a una fuerza externa que las sostenga en su lugar.

La alineación correcta permite que tanto jinete como caballo se muevan al unísono sin necesidad de utilizar ninguna fuerza extra y ahorrar esa energía para lo que es verdaderamente importante, la performance.

#2. SOSTENIMIENTO

Intente el siguiente ejercicio. Busque una mochila y cuélguesela a los hombros, dejándola con las correas largas, bastante sueltas. Ahora intente correr con la mochila. ¿Qué ha pasado?

¿Incomodo verdad? Aunque la mochila no sea muy pesada el hecho de que esta se sacude a un lado y al otro no nos permite avanzar con naturalidad. Ahora intente esto, acorte las correas y átese la mochila alrededor del pecho y de la cintura (como se ajustan las mochilas de camping). Corra de nuevo. ¿Cómo se siente ahora? ¿Es más fácil cierto?

Eso que acaba de experimentar es lo que le sucede al caballo cuando su jinete carece de lo que llamamos Auto-sostenimiento, es decir, la capacidad se sostenerse a sí mismo.

“El Autosostenimiento de la columna puede definirse como el mantenimiento de la postura de forma activa”

Cundo estamos sobre el caballo es nuestro trabajo sostener nuestra postura de forma activa, al igual que si estuviésemos parados en el suelo. De nada nos sirve la relajación si esta implica “desplomarnos” sobre el caballo como una bolsa de papas.

Al igual que ocurre con la mochila, cuando dominamos la capacidad de auto sostenernos el caballo cargara con nuestro peso sí, pero no con nuestro desequilibrio.

#3. ACOMPAÑAR EL MOVIMIENTO.

Para mantenerse sobre el caballo de forma armónica, el jinete debe aprender a mantener un equilibrio dinámico. Esto es así porque el caballo se encuentra en constante movimiento y para poder permanecer junto a él, también debemos movernos nosotros.

Desarrollar la capacidad de fluir de forma natural con el movimiento del caballo resulta de vital importancia a la hora de practicar cualquier disciplina ecuestre. Un jinete que no ajusta su postura acorde al movimiento del caballo, resultará incómodo y entorpecerá la performance del caballo, además de predisponerlo a lesiones.

Las articulaciones actúan como fuelle amortiguando el movimiento del caballo, abriéndose y cerrándose rítmicamente, permitiendo que el cuerpo se mueva siguiendo el aire del caballo. Si bien la relajación y el movimiento rítmico de las articulaciones de la cadera, rodilla y tobillo son de las que más inciden en el asiento fluido, todas las articulaciones del cuerpo tienen un papel importante. Hombros, codos, muñecas, cuello, incluso la tensión en la mandíbula o los dedos de los pies pueden jugar en contra y transmitir rigidez al resto del cuerpo.

Es muy importante en un primer nivel tomarse el tiempo para aprender a “escuchar al caballo” esto es, sentir el movimiento y permitir que sea el caballo el que te mueva. Un error común es anticiparse al movimiento del caballo y moverse de forma exagerada. Deja que el caballo te mueva, no te muevas tú.

#4. INDEPENDENCIA.

Brazos, piernas, cabeza, tronco. Debemos ser capaces de mover cada una de las partes de nuestro cuerpo de forma independiente sin que esto comprometa ninguna de las habilidades citadas anteriormente.

Las diferentes disciplinas ecuestres requieren muchas veces el uso diferenciado de las ayudas y muchos de los ejercicios requerirán que cada una de las partes del cuerpo este haciendo algo diferente al mismo tiempo.

Al igual que las tres anteriores, la maestría en este cuarto nivel debe trabajarse extensamente con sesiones de trabajo a la cuerda, para que el jinete pueda enfocarse solo en su asiento sin preocuparse por controlar al caballo.

Un jinete con un asiento pobre, desarrollara vicios y tensiones a la hora de manejar a su caballo que se verán reflejadas directamente en la performance y el bienestar físico de ambos.

El desarrollo de un buen asiento es fundamental para cualquier disciplina ecuestre al punto de que sin asiento no hay equitación. Primero debemos aprender a fluir si queremos llegar a influir.


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